domingo, 5 de septiembre de 2010

primeros minutos del 24 de abril de 1945


Diez minutos pasada la medianoche, Zorc y los pocos hombres que le quedaban llegaron a la margen meridional del puente de Britz. Las aguas del amplio canal parecían correr indiferentes por debajo de la plataforma, en tanto que los tres centinelas apostados miraron a los recién llegados como si se tratara de fantasmas.
–¿Por qué esas caras de idiotas? –los increpó Kummer sin vueltas.
Los tres centinelas se miraron entre sí. El que parecía más veterano respondió:
–Pensábamos que de aquí hacia el sur había sólo ivanes.
–Pensaron mal –dijo Rommedahl entre risas.
–¿Cómo están distribuidas las unidades? –preguntó Zorc agotado.
–A la izquierda se encuentran los tanques del batallón de Panzer pesados Hermann von Salza con los restos del regimiento Norge y a la derecha el regimiento Danmark con voluntarios del Volkssturm.
–¡Lo que nos faltaba, voluntarios! –se quejó Kummer.
Tras dejar a los centinelas, el grupo de diezmados combatientes cruzó el puente y se dirigió hacia la derecha. Mientras caminaban callados, Knarvik se percató de que faltaba su compatriota:
–¿Y Berglund?
–Venía detrás mío –respondió Niedermeier.
Knarvik se frenó. Sin embargo, al ver que el resto seguía adelante volvió a andar.
Una vez que sus hombres fueron ubicados en uno de los tantos galpones que poblaban la margen septentrional del canal, Zorc ordenó a Niedermeier que consiguiera comida caliente mientras él intentaba averiguar quién estaba al mando.
Antes de buscar a sus superiores, el sargento se acercó al canal para tomar un poco de aire. Buscó el atado de cigarrillos en su chaqueta y cuando se disponía a encender uno se arrepintió. Desconfiado, oteó hacia la margen opuesta: no fuese que algún francotirador trasnochado se lo cargase. Con un lento andar producto del crónico dolor de tobillo, inspeccionó la posición para hacerse una idea de lo que podían esperar. Sabedor de que no había ninguna esperanza, igualmente se alegró al contemplar las márgenes de hormigón y las sólidas defensas situadas entre las hileras de galpones que se perdían a lo lejos junto al lecho del canal.
–¿Lo puedo acompañar? –sintió Zorc que le hablaban a sus espaldas. Al darse vuelta se encontró con un teniente de las SS.
–Por supuesto –respondió el sargento.
–Teniente Richard Manfred, batallón Hermann von Salza –se presentó el rubicundo oficial al tiempo que extendía su diestra.
–Sargento Richard Zorc –correspondió el paracaidista al estrecharle la mano.



8 comentarios:

  1. Muy bueno como siempre!!
    Segui asi! ;)

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  2. Gracias camaradas por sus comentarios!!!

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  3. ¡Hola, Nacho y compañía!

    Te indico un enlace donde podrás ver unos mapas de la época: http://rkkaww2.armchairgeneral.com/maps/maps_topographic.htm. Hay uno, el de Berlín -TE04- que te puede venir muy bien para ilustrar tus relatos, pero al estar en ruso, tienes que buscarte traduct@r. Es un archivo de gran peso, 4,13 MB en formato gif, y seguro que en una copistería de planos, te lo pueden preparar.

    Siento no poderte ayudar, no conozco este idioma.....

    Quizá te interese que te lo impriman previamente a tamaño original para ubicarte y luego lo elabores un poco con un programa de retoque de imágenes para presentarlo.



    Saludos.






    Jan.


    Jan.

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  4. Gracias Juan por el aporte del mapa. Aquí mismo, en Blog recomendados, hay un enlace a un mapa de Berlín de la época.
    Gracias Pulgonauta por seguir ahí.
    Un abrazo.

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  5. Hola muy bueno te felicito sigue asi camarada

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